Cuando vives en compasión contigo mismo/a y con los demás, permites oportunidades de gran abundancia en tu vida. Al practicar la compasión con los demás, generas relaciones sanas y duraderas, lo que te permite fluir en los negocios y generar la rentabilidad esperada.
Además, cuando eres autocompasivo/a, te permites entender cada situación por la que atraviesas y expandes tu energía de merecimiento y gratitud. También aprendes a sentirte merecedor/a de lo que realmente te corresponde y atraes logros en todos los aspectos de tu vida.
Cuando eres compasivo/a, atraes abundancia en todas las áreas de tu vida, no solo económica, también de salud, de alimentos y de amor.
La compasión, además de regenerar tu cuerpo y mejorar tus relaciones con los demás, te permite trabajar con pasión, y hacer que cada cosa que haces salga de tu corazón.
Cuando trabajas en ti mismo/a, puedes dar lo mejor de ti a tu familia, en tu trabajo y en todo tu entorno. Por eso hoy quiero invitarte a que comiences a practicar la compasión en todo lo que haces en tu día a día y con las personas que te rodean. Ponte en sus zapatos y también descubre tu propio valor, ese que otros conocerán cuando se acerquen a ti.